Que podamos comer carne no implica que tengamos que hacerlo. Si analizamos más de cerca nuestra anatomía y biología, y la comparamos con la de los omnívoros obligados, veremos varias diferencias muy obvias.
Los omnívoros obligados están diseñados para matar, desgarrar y digerir carne cruda usando sólo sus dientes, ¡y se les da muy bien! Los humanos, no sólo somos incapaces de hacer lo mismo, si no que nos pondríamos muy enfermos si lo hiciéramos. Sin embargo, nos desarrollamos con una alimentación vegetal que incluya varias frutas, verduras, frutos secos, legumbres y cereales integrales. No somos omnívoros obligados, así que no tenemos por qué comer animales.