Por ley, todos los medicamentos deben probarse en animales. Por ello, los consumidores realmente no pueden elegir entre medicamentos que no se hayan probado en animales y otros que sí. Pero la cosa cambia si nos referimos a productos cosméticos y del hogar, donde sí se puede rechazar los productos que hayan sido probados en animales y elegir los que se hacen sin crueldad.
Además, el hecho de que los medicamentos se prueben en animales, no garantiza que sean seguros ni eficaces para los humanos. Cada vez hay más científicos y médicos que cuestionan la validez de las pruebas de toxicidad en animales. Puedes leer más en www.safermedicines.org (en inglés).