La mayoría de los veganos no nacieron veganos (aunque sí cada vez más), y por eso, han consumido productos animales en algún momento de su vida. Solía ser por costumbre, hábito, presión social y gusto. De hecho, es muy raro encontrar a un vegano que haya dejado de comer productos animales sólo porque no les gustaba el sabor. Si fuera así, no ¡habría tanta variedad de carne vegana, leche, yogures, helados y demás productos!
La mayoría no podemos justificar el sufrimiento innecesario impuesto a los animales, el daño medioambiental ni los riesgos para la salud, simplemente por darnos el gusto momentáneo de un sabor. Y es más, con tantas alternativas deliciosas (cada vez hay más), es que no hay necesidad.