Según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias, ODEPA, la producción de carnes en Chile es liderada por la de aves. Solo en 2023, más de 2 millones gallinas fueron sacrificadas para consumo humano.
En Argentina, 740.461 cabezas de este tipo de aves fueron faenadas durante 2023, según datos abiertos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, del Ministerio de Economía de Argentina; en tanto, en México, según detalla un artículo de AviNews durante 2023, “el consumo de carne de pollo alcanzó un máximo histórico de 4 millones 877 mil toneladas, cifra 4,3% superior con respecto al mismo período del año anterior, siendo la carne preferida por la población de este país al registrar el mayor aumento absoluto”.
Bajo este escenario, en cualquier lugar del mundo, los pollos son las aves más explotadas de la industria de la carne. Sus vidas no podrían ser más diferentes que las de sus parientes salvajes. Comenzarán sus vidas en una planta de incubación donde se usan hornos gigantes para incubar los huevos, sin gallinas mamás a la vista. Cuando eclosionen, se clasificarán en una línea transportadora: machos a un lado, hembras al otro y aquellos demasiado pequeños o débiles para sobrevivir al envío a una granja serán arrojados a un contenedor para ser gaseados o molidos vivos.
Creditos: Animal Equality
En la granja serán arrojados a un enorme cobertizo que parece un hangar de avión, junto con otros miles de pollos. Parece espacioso -aunque estéril- para estas pequeñas y esponjosas criaturas amarillas, pero eso pronto cambia. Las generaciones de cría selectiva han creado aves que crecen mucho más rápido y mucho más de lo que lo harían naturalmente, por lo que en dos semanas el cobertizo está abarrotado y el aire apesta a amoníaco debido a la acumulación de los excrementos de las aves. Durante las próximas semanas, los cuerpos de las aves continuarán creciendo. La mayoría luchará para pararse y respirar; muchos no sobrevivirán hasta la masacre.
Credit: Animal Equality
Las condiciones en las granjas de pollos modernas son tan antinaturales y superpobladas, y sus cuerpos han sido empujados a extremos tan bizarros de forma y tamaño, que millones de pollos mueren en las granjas cada año en el mundo. Sus cuerpos distorsionados y enfermos simplemente son arrojados a la basura. Aún con todo esto, millones de gallinas mueren en el transporte entre la granja y el matadero cada año en todo el mundo. De hecho, cada año mueren más pollos sin llegar al matadero que todas las vacas, cerdos y ovejas que se matan por comida combinados.
Credit: Animal Equality
La industria de la carne ha convertido a un pájaro hermoso, inteligente e inofensivo en el animal terrestre más maltratado del planeta; es una tragedia. Y para aquellos de nosotros que tenemos el privilegio de pasar tiempo con gallinas, es completamente desgarrador.