Alrededor del mundo existen lugares dedicados al rescate y cuidado de animales rescatados, víctimas de la explotación de circos, zoológicos, experimentos científicos o la tenencia de “mascotas exóticas”. Estos lugares llevan el nombre de santuarios, organizaciones comprometidas con su bienestar, y entregarle un hogar de por vida, especialmente en casos en que estos animales no pueden, por diversos motivos, ser reinsertados en la naturaleza.
Algunos de estos santuarios se dedican a darle hogar a una especie en particular, como son los santuarios de elefantes, mientras que otros le abren sus puertas a una familia determinada, como los grandes felinos o los primates. Pero ¿qué ocurre con los animales de granja?
La realidad de la “granja”
Si nos detenemos a pensar en las condiciones en que viven los animales de granja alrededor del mundo, los más probable es que se nos vengan a la cabeza imágenes de jaulas estrechas sin luz natural, repletas de animales que sufren un estrés permanente provocado por el hacinamiento.
Una tortura cotidiana que solo termina cuando estos animales son asesinados para obtener su carne, sucumben ante enfermedades, o son sacrificados tan pronto termina su “vida útil”. Pero ¿y si pudiéramos imaginar otro lugar donde puedan vivir los animales de granja? ¿un mejor lugar?.
Concebidos como espacios de refugio para estos animales, quienes aparecen como las más grandes víctimas de la explotación y consumo industrial, muchos santuarios abren sus puertas a estos rescatados, entregándoles un hogar para toda la vida.
Una segunda oportunidad
En estos lugares, los animales reciben todos los cuidados diarios necesarios y disfrutan de la libertad de vivir en espacios amplios, mientras cultivan lazos sociales con otros animales. Una existencia apacible y placentera que solo es posible gracias a los santuarios, y es que su misión es proteger a estos maravillosos animales de ser vendidos, abandonados, usados en experimentos o pruebas científicas, o convertirse en víctimas de explotación como animales de producción, consumo o cría. Esto significa que nadie consumirá su carne, beberá su leche o vestirá su piel.
Gracias a los santuarios, vacas, cerdos, pollos y ovejas –entre muchas otras especies de granja alrededor del globo– pueden vivir en paz hasta el fin de sus días, en compañía de humanos comprometidos con su bienestar y otros animales que, al igual que ellos, evitarán una vida de sufrimiento y soledad. Y en el caso de las crías macho de pollo, vaca y cerdo, un santuario es una segunda oportunidad de vida, que evita el asesinato masivo, innecesario y prematuro de estos animales bebés, una práctica común en la industria.
Pero a diferencia de otros espacios dedicados a la protección animal, como centros de rehabilitación de fauna salvaje o centros de adopción de animales domésticos, el santuario no es un lugar de paso ni un hogar temporal. En la gran mayoría de los casos, el santuario busca ser una morada permanente, donde los animales residentes podrán vivir una existencia lo más parecida a la que podrían encontrar en la naturaleza, sin dejar de lado el recibir alimento de calidad, cuidados veterinarios y mucho amor de parte de sus cuidadores.
Al interior de un santuario, cada habitante tiene un nombre y una historia, la mayoría de las veces marcada por la falta de compasión de los humanos. Es por eso que la misión de los santuarios va mucho más allá de solo ofrecer protección y un hogar a estas criaturas indefensas. En su conjunto, estos lugares persiguen el fin de la explotación y consumo de los animales de parte de los humanos, abogando por el reconocimiento de sus derechos como seres sintientes y, en muchos casos, promueven el veganismo como herramienta eficaz para generar un cambio en la conciencia de las personas.
¿Conoces algún santuario? ¿Cuál será tu santuario más cercano? Muchos de estos lugares se sustentan en base a donaciones y trabajo voluntario. Si es posible, no dudes en prestar apoyo a estas maravillosas organizaciones, pues tu ayuda irá directamente para mejorar la vida de algunos de los animales más hermosos de la tierra. Inscríbete gratis con Veganuary en nuestro desafío vegano de un mes.