Seaspiracy: 5 importantes reflexiones

Seaspiracy ofrece una inmersión en el turbio mundo de la pesca comercial

Los océanos, antes considerados indestructibles e interminables, son cada vez más vulnerables debido a la actividad humana. Con demasiada frecuencia, la pesca comercial queda al margen de los debates sobre la contaminación de los océanos, la extinción de las especies y el bienestar de los animales. El objetivo de Seaspiracy es dar un giro al secreto generalizado, la corrupción de la pesca industrial y los daños que causa.

Compartimos aquí algunos puntos importantes de la película.

1. LA PESCA NO SÓLO PERJUDICA A LOS PECES

La pesca nos trae la imagen de un barco solitario, dirigido por un amable capitán, ¿verdad? Esta es la historia que se vende a los consumidores, pero no podría estar más lejos de la realidad. Cada año se capturan hasta 3 billones de peces para alimentación, lo que equivale a 5 millones de muertos cada minuto. Esto significa que la pesca comercial mata más animales que cualquier otra industria del planeta.

Pero hay otras víctimas de esta violencia, no sólo los animales que terminan en nuestros platos. Las capturas accidentales (aquellas especies no deseadas que se capturan por “accidente”) representan aproximadamente el 40% de las capturas mundiales. Como estos animales no son el objetivo de pesca, se consideran residuos, se devuelven al mar y a menudo mueren antes de volver al agua.

La pesca de arrastre utiliza enormes redes que capturan especies no deseadas. Imagen: Abobe Stock.

Según Seaspiracy, comer pescado no sólo es una sentencia de muerte para los animales incluidos en nuestras comidas, sino que también es responsable de la muerte de 300.000 ballenas y delfines y 300.000 aves marinas. Las capturas accidentales son la mayor amenaza para las tortugas marinas, no las pajitas de plástico.

“La pesca es la caza invisible de la fauna a gran escala”

Ali Tabrizi, director

2. LA SOBREPESCA ESTÁ MATANDO LOS OCÉANOS

Los océanos son las mayores salidas de carbono del planeta, por lo que preservar su salud es fundamental para la supervivencia humana. Tabrizi investiga el impacto de la pesca depredadora, y en Seaspiracy sitúa a industrias como el aleteo de tiburones y la caza de ballenas en aguas aún más turbias, y pone de relieve cómo las subvenciones gubernamentales y la falta de aplicación de la ley dejan a los océanos vulnerables a la sobrepesca.

La eliminación de los grandes depredadores del océano para que los humanos puedan comer peces más pequeños perturba todo el ecosistema oceánico, afectando a todo a su alrededor, hasta a las poblaciones de los arrecifes de coral y provocando zonas muertas.

Corales muertos tras el blanqueo. Imagen: Raja Ampat.

Seaspiracy afirma que menos del 1% de los océanos del mundo están protegidos de las prácticas pesqueras industriales y, según los investigadores, al menos el 30% de ellos necesitan ser cerrados a la pesca comercial para tener alguna posibilidad de recuperación, algo en definitiva muy preocupante.

“La humanidad no es capaz de vivir en este planeta con un mar muerto”

Cyrill Gutsch, fundador de Parley for the Oceans

3. ¿PUEDE LA PESCA SER SOSTENIBLE?

Muchos gobiernos y organizaciones medioambientales insisten en que la pesca sostenible es la solución, pero estas prácticas no son recomendables. Tabrizi plantea la situación en términos económicos: si los océanos en encuentran en un déficit, ¿cómo puede ser sostenible seguir gastando recursos que no tenemos? Sus investigaciones ponen de manifiesto las peligrosas condiciones de los trabajadores de la pesca y la imposibilidad de cumplir las normas en el mar.

Las piscifactorías no son mucho mejores. Vemos cómo el maravilloso salmón escocés sufre infestaciones de piojos, anemia y ataques al corazón tras vivir en sus propios desechos. Es más, las etiquetas para el consumidor no siempre reflejan la realidad. La industria alimentaria está repleta de términos como “capturado de forma sostenible” y “alto bienestar”, que son lo suficientemente imprecisos como para hacer que los clientes se sientan mejor al comer marisco, pero que no generan ningún impacto real sobre los animales o el medio ambiente. ¿El resultado final? La mejor medida que puedes tomar para mantener los océanos es no comer los animales que viven en ellos.

4. EL PLÁSTICO NO ES LA MAYOR AMENAZA PARA LOS OCÉANOS

Todos hemos visto los vídeos virales de tortugas con pajitas de plástico metidas en la nariz y ballenas muertas con bolsas de plástico en el estómago. Pero el “Gran Parche de Basura del Pacífico”, la mayor zona de concentración de basura oceánica está formado en su mayor parte por aparejos de pesca abandonados. ¿Dónde están los titulares sobre eso?

Tortuga atrapada en un espacio de pesca abandonado. Imagen: AdobeStock.

Seaspiracy revela cómo los residuos de la pesca de plástico nunca aparecen en los titulares y las organizaciones dedicadas al plástico se niegan a comentar el tema. En palabras de Tabrizi, acabar con las pajitas de plástico para salvar los océanos es cómo boicotear los palillos de mandera para salvar la destrucción de la selva amazónica. La destrucción causada por la pesca nunca se considera responsable, mientras que las pajitas de plástico se utilizan como chivo expiatorio.

“Aunque no entrara ni un gramo de plástico en los océanos a partir de hoy, seguiríamos destruyendo estos ecosistemas porque el mayor problema, con diferencia, es la pesca industrial”.

George Monbiot, escritor y ecologista

5. LOS PECES SIENTEN EL DOLOR

Durante demasiado tiempo ha persistido el mito de que los peces no sienten dolor. Esto facilita que la industria justifique la carnicería de la pesca comercial. Los peces no sólo sienten el dolor, sino que pueden sentir el miedo, tienen capacidad de memoria e inteligencia, así como una vida social compleja.

En lugar de justificar el consumo de marisco en base al impacto ecológico, tenemos que ver a estos animales como individuos que merecen vivir. No nos cuestionamos si las tortugas marinas y los delfines merecen vivir, ¿acaso los peces no merecen lo mismo?

Peces asfixiados. Imagen: AdobeStock

¿Cómo puedo ayudar?

Lo mejor que podemos hacer para ayudar a nuestros océanos -y a todas las especies que viven en ellos- es dejar de comer marisco. Prueba el veganismo durante 31 días con nosotros y te enviaremos muchos consejos y recetas sin pescado.

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