La contaminación bacteriana de los productos animales y la resistencia ante los antibióticos son dos de las mayores preocupaciones de la salud pública. Seguramente habrás oído hablar de Escherichia coli en los huevos y de la salmonela en los pollos, pero, ¿has oído hablar de Helicobacter?
Helicobacter es una bacteria que se encuentra en la carne de aves, la carne roja y el agua no potable. Los síntomas de una infección incluyen vómitos y diarrea; a veces acompañada de sangre.
“La infección con Helicobacter pylori (HP) está altamente diseminada en Latinoamérica: entre el 70 y 80% de su población, y es una de las causas principales de gastritis crónica, úlceras pépticas y duodenales, y cáncer gástrico. Además, esta bacteria puede ocasionar deficiencias nutricionales, principalmente sobre el estado del hierro y otros micronutrientes. ”. – Red Informática de Medicina Avanzada.
En Latino américa, la mayoría de los pollos destinados al consumo humano casi nunca ven la luz natural directamente. Se les mantiene encerrados en construcciones similares a almacenes, normalmente masificados. Sólo viven unas seis semanas. Nunca se cambia la suciedad sobre la que pisan y descansan. Los pollos se pasan la vida sentados (y de pie) sobre orina, amoniaco y heces; excrementos remojados de millas de pollos diferentes. Ahora sé cría a los pollos para que crezca tan rápido que muchos no pueden tener su propio peso sobres sus patas, y algunos también tienen fracturas, por lo que no pueden levantarse de esa basura.
En julio del 2014, el periódico The Guardian , publicó los resultados muy alarmantes de su investigación en la industria de las aves del corral de Gran Bretaña. Según los mismos, dos tercios de los pollos destinados a la venta en el Reino Unido están contaminados por Helicobacter . El video que acompañó la noticia, Revelado: el secreto sucio de la industria avícola del Reino Unido ( Revelado: el oscuro secreto de la industria de aves del corral del Reino Unido), generó una gran conmoción en el país.