400 g de garbanzos, escurridos (pueden ser de lata)
4 cucharadas de pipas de calabaza
12 albaricoques secos
1 cucharadita de sirope de arce
1 huevo de lino (1 cucharada de semillas de lino molido, 3 cucharadas de agua)
1 cucharadita colmada de canela, cilantro, comino, chile en copos, pimentón ahumado, cúrcuma (1 de cada))
2 cucharaditas de aceite de oliva
1 cebolla morada, picada
6 dientes de ajo, picados
1 lata de tomate en trozos
1 cucharadita de salsa de soja
1 cucharada de vinagre de sidra o de vino tinto
1 puñado de hojas de cilantro fresco
Zumo de ½ limón
Opcional: hojas de orégano fresco para decorar
Todos los sabores y texturas de todas las especias en un oloroso tagine, con todos los beneficios nutritivos de la quinua, las hierbas aromáticas y las semillas.
Una receta sencilla, sana e integral, lista en menos de una hora.
Preparación
Raciones: 2.
Calienta el horno a 180°C / 350°F / Gas 4.
Método
Tras lavarla, pon la quinua en una cazuela con 200 ml de agua. Cúbrela, llévala a hervir y cuece a fuego lento hasta que el agua se haya evaporado (12-15 min). Déjalo tapado otros 5 minutos.
Mientras la quinua se cocina, prepara el huevo de lino. Combina las semillas molidas y el agua en un cuenco pequeño, y mételo en el frigorífico.
Luego, pon todas las especias en polvo en una sartén y caliéntalas, moderadamente, unos minutos hasta que puedas oler sus aromas. Revuélvelas un poco para asegurarte de que se tuestan por igual y retíralas del fuego.
La quinua ya debería estar lista. Suéltala con un tenedor y ponla en un cuenco grande.
Coloca los garbanzos, la mitad de las pipas de calabaza, la mitad de los albaricoques, el sirope de arce, el huevo de lino y la mitad de las especias tostadas en el procesador de alimentos. Muele hasta que todo quede bien combinado en una pasta. A mí me gusta dejar unos garbanzos enteros, pero si prefieres una textura melosa, sigue batiendo hasta conseguirla.
Pon esta mezcla en el cuenco con la quinua y mézclalo todo.
Pon papel de aluminio en una bandeja para horno y engrasa la superficie con una cucharadita de aceite de oliva.
Haz las albóndigas. Coge una cucharadita de la mezcla y dale forma de bolita con las manos. Colócalas una a una en la bandeja. ¡Lávate las manos en cuanto termines para no mancharte de naranja!
Hornéalas a media altura unos 10 minutos, dales la vuelta, y hornéalas otros 10 minutos.
Mientas las albóndigas se hacen, prepara la salsa. Añade la segunda cucharadita del aceite de oliva en la sartén con lo que queda de las especias. Caliéntalo a fuego medio y añade el ajo y la cebolla. Cuando estén tiernos, añade los tomates de lata revolviendo bien. Añade la salsa de soja y el vinagre, y deja cocer 5 minutos. Viértelo en el vaso del procesador, o batidora, (no hace falta limpiarlo de la mezcla de las albóndigas) y bate hasta que esté suave. Vuelve a ponerlo en la sartén para que reduzca.
Echa el resto de las pipas de calabaza y los albaricoques (partidos), el cilantro y el zumo de limón. Déjalo a fuego bajo hasta que esté listo para servir.
Si vas a servir el tagine con noodles de calabacín, prepáralos ahora.
Monta el plato con todos los ingredientes y espolvorea con más hierbas aromáticas.
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